Todo comenzaba después de la reunión de Directores de Curso, cuando el mismo Director de Curso o en su defecto el monitor , hacía entrega, a cada uno de los integrantes del salón, de unos maravillosos brazaletes de color verde y blanco. Aquel símbolo de poder auguraba a su afortunado portador una semana casi dictatorial (ahora que lo veo era medio nazi la vaina). Se podían decomisar balones, no había que hacer fila en las casetas, a los que les tocaba la entrada de los bloques podían decidir caprichosamente quien podía o no entrar a los salones en descanso, y hasta podía uno pasar por el corredor donde estaba la enfermería y la entrada la dirección (nunca entendí porque no se podía pasar por ahí); en fin era un “all access”…hasta se podía llegar tarde a clase, porque aquel pedazo de tela, además de cierto tipo de inmunidad le daba a uno credibilidad. Por ejemplo: “…no profesor, es que me tocó vigilancia en la chamba, y unos de 7º no querían recoger papeles y tuve que llevarlos a prefectura”. En esa semana de vigilancia salían amigos que ni lo saludaban a uno cuando no portaba el famoso adminículo…era como el anillo de Frodo pero en versión brazalete.
Llegaba entonces el viernes y con él el regreso a la normalidad, ya sin el brazalete se perdían los superpoderes y volvía a ser uno un indefenso y vulnerable alumno a merced de sus felices portadores durante las siguiente semanas.
“la semana de vigilancia”, uno de los recuerdos que se despertaron en mi con esto de los reencuentros
Llegaba entonces el viernes y con él el regreso a la normalidad, ya sin el brazalete se perdían los superpoderes y volvía a ser uno un indefenso y vulnerable alumno a merced de sus felices portadores durante las siguiente semanas.
“la semana de vigilancia”, uno de los recuerdos que se despertaron en mi con esto de los reencuentros
No hay comentarios:
Publicar un comentario